Ahora mismo hay miles y miles de toneladas de aceite de oliva embarcándose de urgencia hacia Estados Unidos

  • El 80% del AOVE consumido en EEUU proviene de Europa, y una buena parte de España

  • La entrada de los aranceles mañana no deja margen de maniobra para los importadores

aceite de oliva
9 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Si hay una palabra que define a la perfección el estado actual del sector agrícola español, esa palabra es: caos. Mientras muchas empresas de vino y aceite anticipan ventas hasta de seis meses a EEUU para evitar el efecto arancelario, otras cancelan centenares de pedidos. Por eso, a medida que se acerca el temido 9 de abril, las bolsas caen y el mundo se prepara para una más que posible recesión. La pregunta que todo el mundo del aceite se hace es qué va a pasar con el que se suponía que era el primer año tranquilo después de la gran crisis.

Antes de los aranceles. Según explicaba Rafael Pico, director de la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceites de Oliva y Aceites del Orujo, entre los meses de enero y marzo, decenas de empresas del sector han adelantado sus exportaciones a EEUU. Solo en enero, el último mes del que tenemos datos consolidados, se incrementaron en 5.000 toneladas con respecto al año anterior. En febrero y marzo se esperan cifras similares (o superiores).

Seis meses. Eso son, según sus propios cálculos, seis meses de consumo. Y puede considerarse un "colchó de seguridad" a la espera de que Europa y EEUU se pongan de acuerdo. Lo mismo ha pasado con el vino, pero no tanto con otros productos perecederos (como los jamones o los embutidos). No obstante, el aceite es distinto por una sencilla razón: no hay sustituto.

¿No hay sustituto? Aunque es verdad que países como Marruecos, Turquía, Australia, Argentina o Chile podrían beneficiarse de los aranceles (porque serán la mitad que los europeos), lo cierto es que ninguno de esos mercados puede saciar la sed de aciete de Norteamérica. El 80% del aceite que se consume en EEUU viene de Europa, explicaban desde la COAG.

Su producción propia, si queremos tener la perspectiva completa, son unas 6.000 toneladas de un conjunto de 350.000. ¿Quién podría poner esas cantidades de aceite encima de la mesa?

Además, venimos de precios muy altos. Eso es algo que también juego a favor del aceite español: el año pasado veíamos precios en origen a 9 euros y ahora están a 3,5. En este contexto, solo hay que contener un poco la caída de los precios al usuario final para que el efecto de los aranceles no se note. De hecho, es posible que el precio ahroa con aranceles sea más bajo que en campañas anteriores.

Todo son buena noticias, ¿no? No todo. Porque, sea como sea, es esperable que las ventas caigan y, además, hay un país con aranceles mucho más altos que va a tener que redirigir su producción hacia Europa: Túnez. Es verdad que hablamos solo de 56.000 toneladas al año en España, pero un aumento indiscriminado en este momento puede erosionar la rentabilidad de muchas explotaciones de secano.

El problema de fondo. Es que la guerra arancelaria va a distorsionar todo el mercado. Y lo va a hacer que la recuperación del sector se complique mucho. No está de más recordar que llevamos unos años muy malos y que la mayoría de productores se concentran en sobrevivir.

La polvareda que está levantando toda esta batalla comercial hace muy difícil tomar decisiones a futuro. El problema es que es el momento de tomarlas.

Imagen | Dimitri Karastelev

En Xataka | Durante siglos, las hojas de olivo se usaban para alimentar ganado. Ahora unos granadinos quieren que revolucionen nuestra nutrición

Inicio